La pesadilla comenzó a plena luz del día, exactamente a las 17:05 horas en el noroeste de Lorca. La localidad murciana sufrió un terremoto de 4,5 grados en la escala Ritcher. Más tarde, a las 18:47 horas se registró en la misma zona del municipio un nuevo movimiento sísmico, que con 5,1 grados de magnitud, superó al registrado un par de horas antes.
A partir de ese momento se desató el terror y la localidad se enfrentó al día más largo y a la noche más inquietante de su historia. Al menos nueve personas han fallecido –dos de ellas menores de edad–, según datos oficiales al cierre de esta edición, y hay docenas de heridos, dos de ellos muy graves. Tres personas murieron en pleno centro de la ciudad tras ser golpeadas por una cornisa desprendida de un edificio. Uno de ellos es un adolescente cuyos padres regentan un bar en uno de los edificios afectados, y que salió a la calle asustado por el segundo temblor. Otra mujer perdió la vida tras desplomarse por completo un edificio nuevo de tres plantas en la calle Infante Juan Manuel del municipio. Por fortuna, su hijo pudo ser rescatado con vida de entre los escombros. Entre los fallecidos hay también una mujer embarazada
El seísmo se localizó entre cinco y diez kilómetros al noroeste del casco urbano, cerca de la autovía de Murcia, y se sintió en varias poblaciones de la región, como Murcia, Mazarrón, Cartagena y Águilas. Además, se dejó percibir en otras provincias como Almería, Albacete, Jaén, Granada e incluso Madrid. La Red Sísmica del Instituto Geográfico Nacional (IGN) detectó una veintena de réplicas posteriores, entre ellas una de 3,1 grados registrada poco antes de las 21:30 horas y otra de casi 4 grados una hora después. Tras el primer temblor, los ciudadanos lorquinos salieron a las calles aterrados, y pudieron observar cómo algunos edificios se resquebrajaban y caían pedazos de cornisas, como las del Palacio de San Julián. Aún así, lo peor estaba todavía por llegar. Casi dos horas más tarde, una nueva sacudida de 5,2 grados multiplicaba los daños y el terror en Lorca y las poblaciones colindantes, si bien es cierto que los daños causados en ellas fueron considerablemente menores.
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